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Si tienes un perro, sabes que es bastante común tener que lidiar con sus vómitos. Si tu perro vomita, antes de adentrarnos en los distintos motivos por los que tu perro puede estar ocurriendo, es fundamental que comprendamos la diferencia entre vómitos y regurgitación. Aunque no son lo mismo, es bastante común confundir ambas, y esencial diferenciarlas para poder medir su importancia y valorar si es algo pasajero e inofensivo o algo más grave y que requiere indagar un poco más o incluso la atención de tu veterinario o veterinaria de confianza. Si tu perro vomita y no sabes por qué puede ser, no te pierdas este artículo.
Cuando un perro regurgita, devuelve la comida o el agua que tenía en el esófago, sin que haya llegado al estómago todavía. Y esos restos se ven como la comida o el líquido que ha ingerido, siendo bastante fáciles de reconocer. Que tu perro regurgite es algo normal, aunque si ocurre con demasiada frecuencia, te recomendamos que consultes a tu veterinario. Te hará algunas preguntas para poder determinar mejor las causas, y probablemente realice a tu perro una exploración física para asegurarse de que todo está correcto.
Es sencillo reconocer cuándo tu perro va a vomitar. Al vómito le preceden náuseas, y probablemente observes cómo se relame o salive. Sus músculos abdominales comienzan a contraerse, y se genera un movimiento muy característico. Así como para la regurgitación no existe ningún tipo de aviso o es difícil de predecir, ya que puede ser tan sencillo como que tu perro abra la boca y expulse lo que acaba de comer, para el vómito sí aparecen señales claras.
Una sencilla manera de prevenir los vómitos en tu mascota es proporcionarle la alimentación adecuada y tratar de eliminar los elementos que tienen tendencia a producir alergia o malas digestiones, como los cereales. En Ginqo te recomendamos productos hipoalergénicos, como nuestro pienso sin cereales para perros. Se trata de una manera sencilla de prevenir esos incómodos vómitos, tanto para tu perro como para ti.