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En un artículo anterior repasamos qué pequeños cambios podemos llevar a cabo desde casa, sin alterar demasiado nuestras dinámicas domésticas, para contribuir a frenar el calentamiento global. Uno de los puntos que revisamos fue el de la alimentación de nuestras mascotas. En este artículo, vamos a profundizar un poco más, porque es cierto: podemos reducir la huella de carbono con una alimentación animal responsable con el medio ambiente. ¡Revisemos cómo!
Lo primero de todo, ¿qué es exactamente la huella de carbono? Se trata de la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que genera una empresa o sus productos. Una vez tenemos esto claro, vayamos a los tips.
Comencemos por una sencilla, y que a menudo pasa inadvertida para nosotros. Al pensar en alimentar a nuestras mascotas de forma más sostenible, solemos olvidar que el packaging de los productos también juega un papel importante. Lo ideal sería que adquieras alimentos que vengan en un packaging reciclado, que sea compostable y cuya producción no tenga un impacto medioambiental negativo.
Una manera de contribuir a reducir la huella de carbono es escoger productos locales. No solamente serán mucho más frescos y sanos para tu mascota, sino que además apoyas la economía local. Aunque creas que significa muy poco, imagina si todos lo hiciéramos. Y no debemos olvidarnos de que, además, reducimos muchísimo los transportes de los productos, y por tanto las emisiones contaminantes. En Ginqo, utilizamos productos locales para una alimentación sostenible hechos en y para España.
Nos referimos a las latas con carnes, patés… Según un estudio reciente, los productos secos, como los piensos, tienen una impacto mucho menor que las comidas húmedas. Te dejamos aquí este artículo que quizá te resulte interesante, donde se menciona el estudio, y los datos obtenidos. Escoge piensos secos para reducir la huella de carbono.
¡Revisa la etiqueta y te sorprenderás! Dedicando un minuto a leer los ingredientes que componen un pienso, podemos generar un cambio importante. Es esencial que escojamos productos que sean responsables con el planeta. Por ejemplo, la industria ganadera, especialmente la de vacas y cerdos, tiene una emisión de gases de efecto invernadero desorbitada. En cambio, la cría de insectos, que permite obtener proteína de muchísima calidad, emite hasta cien veces menos de emisión. Además de los múltiples beneficios que ofrece: utiliza muy poca agua, participa en la economía circular, necesita muchísimo menos terreno que la cría de vacas y cerdos, y es completamente local. Tiene muchísimos beneficios para la salud de nuestras mascotas, y eso, junto su rasgo tan sostenible, es el compromiso de Ginqo.
Como ves, no es tan difícil reducir la huella de carbono. Con estos cuatro consejos tan sencillos (utiliza packaging sostenible, lee las etiquetas, prioriza productos locales e ingredientes responsables) puedes llegar a dejar huella, pero una positiva. Y, además, es probable que no te suponga un cambio radical a ti ni a tu vida. Elimina de tu cabeza la idea de que "tú solo" no puedes cambiar el mundo, porque sí contribuyes en un camino progresivo hacia un planeta más sostenible. ¡Hasta la próxima!