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El cambio climático es una realidad cada vez más palpable a nuestro alrededor. Oír constantemente lo grave de las circunstancias, y cómo deberíamos tratar de frenarlo cuanto antes, puede resultar abrumador y complejo, y acabar provocando que dejemos el tema a un lado. Sin embargo, existen muchas medidas muy sencillas que podemos tomar desde casa para contribuir a mejorar la situación ambiental. En este artículo te contamos cómo reducir la huella de carbono que puedas estar generando, a través de gestos muy simples y que seguramente no supongan un cambio drástico en tu rutina diaria.
Lo primero de todo, ¿a qué nos referimos con 'huella de carbono'? La huella de carbono es un indicador del conjunto de emisiones que son generadas por una persona, un producto, una industria, una empresa... Y sí, tú tienes la tuya propia. Veamos cómo reducir la huella de carbono que generas a través de pequeños pero muy significativos cambios.
Esta medida puede resultar muy básica, pero lo cierto es que tendemos a ser descuidados. Es muy sencillo: apaga las luces cuando salgas de una habitación, cuando no las necesites o cuando la luz del exterior sea suficiente.
Una de las industrias más contaminantes es la ganadera. Consumir producto local puede ayudar a reducir la huella de carbono, ya que apoyamos a agricultores y ganaderos que utilizan medidas más sostenibles para la producción. No solo eso: además, contribuimos a reducir las emisiones del transporte de alimentos generados de forma más contaminante.
El simple gesto de llevar tus propias bolsas cuando vayas a hacer la compra reduce el consumo de plásticos. No pesa, no cuesta y ayuda una barbaridad. ¿Ves? Aprender cómo reducir la huella de carbono puede ser muy simple.
Cada vez utilizamos más dispositivos electrónicos, y es muy común desconectarlos y dejar los cables enchufados hasta la próxima carga. Una forma sencilla de ser más sostenible es apagar y desconectar los enchufes cuando no los estés utilizando.
Cierra el grifo cuando no estés utilizando el agua. Parece simple, ¿verdad? Pero, ¿cuántas veces dejas el agua corriendo mientras te lavas los dientes? ¿Cuántas veces cargas la lavadora sin ocupar el máximo de su capacidad? Tomar duchas más cortas y aprovechar la capacidad de tus electrodomésticos en cada uso puede no suponerte un cambio radical, pero sí tiene ventajas medioambientales.
Si puedes ir al trabajo andando o en bici, no utilices el coche. También tienes la opción de compartir el vehículo con otros compañeros de trabajo o utilizar el transporte público.
Trata de encontrar prendas de mayor calidad para que tengan más vida útil. Vivimos en un mundo donde los ciclos de vida de la ropa son muy cortos, y la industria textil también es extraordinariamente contaminante. ¡Cuidado con eso!
Si tienes mascotas, ten en cuenta que los productos que consumen también pueden estar contribuyendo al cambio climático. Evita juguetes de plástico de mala calidad y opta por otros más resistentes. Con respecto a la alimentación, busca productos que sean sostenibles, como este pienso para perros sin cereales de Ginqo.
Esperamos haberte aportado algunas ideas en este artículo sobre cómo reducir la huella de carbono. Como ves, se trata de ir modificando pequeños detalles del día a día, que no tienen un impacto considerable en nuestras rutinas, pero que, si todos llevamos a cabo, puede suponer un cambio significativo y considerable en el cambio climático. Te animamos a ello. ¡Hasta la próxima!