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¿Cómo cambiar de pienso?

Quizá te estés planteando cambiar a tu perro de alimentación, o simplemente probar otras marcas u otros ingredientes que consideras mejores. Como decíamos en entradas anteriores, cada vez son más los veterinarios que recomiendan una alimentación natural -y en nuestro caso particular, un pienso producido a partir de harina de insecto, para lo cual te recomendamos nuestro pienso natural para perros- y progresivamente, se van dando a conocer más y más los increíbles beneficios de este tipo de alimentación. En este post vamos a revisar una serie de pautas y recomendaciones sobre cómo cambiar de pienso a mi perro.


Lo primero de todo, y más importante, es que el cambio de pienso, sea del tipo que sea, debe ser progresivo. Si nuestro perro lleva mucho tiempo alimentándose con lo mismo, puede ser un shock para su sistema introducir de golpe algo completamente novedoso. Aunque contenga ingredientes similares, la composición nunca será idéntica. Por tanto, la transición debe ser paulatina, y eso nos evitará posibles disgustos.


Por otro lado, a la hora de escoger el nuevo tipo de pienso, debes tener en cuenta si tu perro sufre de alguna alergia alimentaria. Si, como mencionábamos, llevas mucho tiempo alimentándole con lo mismo, es posible que el nuevo pienso contenga algún ingrediente al que pueda ser alérgico, y simplemente no lo sabías. Este es otro argumento para que el cambio que generes sea gradual y no repentino.
Basándonos en las indicaciones del American Kenell Club, podríamos fragmentar esta transición en cuatro bloques para asegurarnos de introducir lentamente el nuevo pienso. Como aseguran, una buena transición se dividiría mezclando ambos piensos en cuatro bloques de tiempo:
Día 1
El día 1, cuando prepares el bol de comida a tu perro, deberías introducir un cuarto del total del pienso de la nueva marca, y tres cuartos de la antigua. De esta manera, nos aseguramos de que no sea nada muy radical. Si sueles hacerlo a ojo con un recipiente, te recomendamos que peses primero la cantidad total que le sueles dar y luego hagas los cálculos pertinentes. Estate pendiente de que tu perro no se encuentre mal o no sufra vómitos ni diarreas.
Día 2
El segundo día, haz lo mismo que en el día 1. Un cuarto del pienso nuevo y tres cuartos del antiguo, para consolidarlo. Comprueba que tu perro no sufre descuadres o intoxicaciones.
Día 3
Si ves a tu perro perfectamente, el tercer día puedes aumentar un poco la cantidad, y utilizar media ración del pienso antiguo y media del nuevo.
Día 4
Lo mismo que el día tres. Si no hay descuadres digestivos, media ración del pienso nuevo y media del antiguo.
Día 5
El quinto día, invertimos lo que hicimos el primero. Las cantidades serán tres cuartos del pienso nuevo y un cuarto del antiguo.
Día 6
El sexto día, haremos lo mismo que el quinto. Un 75% del pienso nuevo y un 25 del antiguo.
Día 7
El séptimo día, ya podrías alimentarle completamente con el nuevo pienso.


En resumen, ¿cómo cambiar de pienso? De manera completamente progresiva, leyendo siempre las etiquetas y estando muy atento a tu perro. Este programa ayudará a que el cambio no sea demasiado brusco, y te asegurarás de que has tomado la decisión correcta. En cualquier caso, como siempre te recomendamos, lo mejor es que hables con tu veterinario de confianza, que también podrá orientarte y darte instrucciones más específicas según la edad y la raza de tu mascota. Y no tengas miedo: si consideras que el nuevo pienso va a ser mejor para la salud de tu mejor amigo, y sigues las pautas, lo más probable es que salga bien.

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